jueves, 24 de abril de 2008

Empédocles de Agrigento

Querido amigo:
He inaugurado este guachi-blog en "conmemoración" suya (siguiendo las expresiones que nuestros comunes y no queridos amigos usan en sus actos chamánico-orgiástico-religiosos; usted ya me entiende). Evidentemente no podría empezar sin una referencia explícita a Empédocles de Agrigento, gran amigo suyo, a la sazón. No he olvidado sus sabios consejos: "usted nombre en cualquier caso a Empédocles de Agrigento y lo tendrán en estima y admiración, no sólo por su vasta erudición sino por su graciosa ortofonía Em-pé-do-cles-de-A-gri-gen-toooo y se rendirán a sus pies chavalas de tirabuzón al aire y hombres con amplitud de miras", o más o menos, que mi memoria es selectiva y hay ciertas cosillas que voy borrando de mi disco duro. Pero, en fin, ya ve que le hago caso, querido amigo.
Por hoy es suficiente, que me ha fatigado el recuerdo de EMPÉDOCLES DE AGRIGENTO. Y "póngame a los pies de su señora".

1 comentario:

Empédocles dijo...

[b]Por alusiones[/b],
Muy respetable Señor:
Su llamado, su alusión (gracias, mil gracias) ha conseguido que, al menos por un breve tiempo, se me haya permitido salir de esta infame dimensión y asomar al mundo real.
Es evidente, palmario (disculpe, no recuerdo si en su lengua se dice así ó con em delante)que es Usted hombre culto y sabio y es por esto y por la penuria en que me hall/yo que me atrevo a pedirle, a suplicarle un gran favor.
Se comete una injusticia conmigo:

[i] Empédocles nació en el seno de una familia ilustre, y llegó a ser jefe de la facción democrática de su ciudad natal. Su fama como científico y médico-taumaturgo, unida a su posición social, le permitió ocupar importantes cargos en la vida pública. El final de su vida lo pasó exiliado en el Peloponeso. Se forjaron varias versiones en torno a su muerte, la más conocida de todas es aquella según la cual se habría arrojado al volcán Etna para ser venerado como un dios por sus conciudadanos.[/i]

Esto no es cierto Señor, fue un (como dicen ustedes) hijoputa quien me empujó al interior del volcán. Quizá Usted pudiera solicitar algún tipo de ayuda pública, crear una Fundación y reparar esta y otras injusticias que conmigo se han cometido.
Por favor, haga lo posible.

Póngame, por supuesto, debajo (se dice así?) de su señora.

Empédocles